jueves, enero 22, 2009


Y así, mientras me parece escuchar a lo lejos un susurro de cordura que promete cerrar el infierno Guantánamo, mientras Israel promete una tregua que no llega, mientras el sol pelea por empujar la niebla, yo me esfuerzo en cerrar las nuevas grietas que han dejado filtrar un líquido extraño, reviso mis entrañas y de nuevo lamo mis heridas con la espesa saliva que promete ser curativa e intento aprender que dudar, también es una forma de elegir.

Y así, mientras me parece escuchar a lo lejos un susurro de cordura que promete cerrar el infierno Guantánamo, mientras Israel promete una tregua que no llega, mientras el sol pelea por empujar la niebla, yo me esfuerzo en cerrar las nuevas grietas que han dejado filtrar un líquido extraño, reviso mis entrañas y de nuevo lamo mis heridas con la espesa saliva que promete ser curativa e intento aprender que dudar, también es una forma de elegir.

viernes, enero 16, 2009

Siempre es difícil dejar tu ciudad, es una decisión voluntaria, está claro, pero no por eso se convierte en tarea fácil, dejas atrás tu familia y su seguridad, tu gente y sus abrazos, sus calles, sus prisas, sus sonidos, sus rincones, sus noches…
Decides dejar un montón de cosas e ir en busca de nuevos ritmos, nuevos olores, nuevas experiencias…

Pero no siempre es sencillo…

A veces tienes la suerte de cruzarte con sorpresas, con personas con las que no contabas o con lugares que no esperabas…

Yo he tenido suerte…

He encontrado un lugar espectacular, un lugar que nació de la creencia en que las ilusiones pueden llevarse a cabo, un lugar cuya magia radica en la gente que lo forma, un lugar al que tengo que agradecerle que me haga sentir como en casa, estando tan lejos…

Gracias por la ilusión, por los buenos momentos, por la fe, por los proyectos, por las ganas, por el tesón y por haber conseguido crear de la nada un lugar tan necesario como
La Fábrika.

Gracias a todos los que la formáis por hacer de vuestro sueño, un sueño para todos.


Siempre es difícil dejar tu ciudad, es una decisión voluntaria, está claro, pero no por eso se convierte en tarea fácil, dejas atrás tu familia y su seguridad, tu gente y sus abrazos, sus calles, sus prisas, sus sonidos, sus rincones, sus noches…
Decides dejar un montón de cosas e ir en busca de nuevos ritmos, nuevos olores, nuevas experiencias…

Pero no siempre es sencillo…

A veces tienes la suerte de cruzarte con sorpresas, con personas con las que no contabas o con lugares que no esperabas…

Yo he tenido suerte…

He encontrado un lugar espectacular, un lugar que nació de la creencia en que las ilusiones pueden llevarse a cabo, un lugar cuya magia radica en la gente que lo forma, un lugar al que tengo que agradecerle que me haga sentir como en casa, estando tan lejos…

Gracias por la ilusión, por los buenos momentos, por la fe, por los proyectos, por las ganas, por el tesón y por haber conseguido crear de la nada un lugar tan necesario como
La Fábrika.

Gracias a todos los que la formáis por hacer de vuestro sueño, un sueño para todos.


viernes, enero 02, 2009

Recogió del suelo sus pedazos, los metió en la bolsa y sacó un billete…

El Atlántico salió a su paso y le prometió con tono descarado:
"No te preocupes, aquí estarás bien"...

Disfrutó cada minuto, cada luna llena, cada sonrisa que no esperaba…
Durante algún tiempo las piezas comenzaron a encajar…

El tiempo justo para sacarle de su letargo, para darle el empujón necesario, para recordar que a la vida le quedan muchas vías…


Ahora no sabe bien donde se encuentra, pero está segura de que el mar… todo lo ahoga.


Recogió del suelo sus pedazos, los metió en la bolsa y sacó un billete…

El Atlántico salió a su paso y le prometió con tono descarado:
"No te preocupes, aquí estarás bien"...

Disfrutó cada minuto, cada luna llena, cada sonrisa que no esperaba…
Durante algún tiempo las piezas comenzaron a encajar…

El tiempo justo para sacarle de su letargo, para darle el empujón necesario, para recordar que a la vida le quedan muchas vías…


Ahora no sabe bien donde se encuentra, pero está segura de que el mar… todo lo ahoga.